Se planificó el sistema de transporte de mercancías y de compras de material necesario para la prevención, entre otras medidas
SEMHU
Cuando el mundo occidental empezaba a sucumbir ante la extensión de la pandemia de COVID-19 un pequeño y pobre país africano, Eritrea, ya se encontraba preparado para hacer frente a la enfermedad.
Con medida innovadoras, y apoyados por UNIFEF y la Organización Mundial de la Salud, el gobierno de Eritrea ya había identificado los puntos débiles por donde podría extenderse el COVID-19 y había implementado medidas para mantener el control en el caso de que apareciera el primer caso.
Por ejemplo, se había analizado la red de transportes de mercancías y pasajeros buscando los puntos débiles y encontrado alternativas para la producción, la distribución y el suministro de mercancías y de materiales contra el coronavirus.
Enseguida se comenzó a fabricar una versión local de desinfectante para las manos, con asesoramiento de la OMS y se distribuyeron más de 12.000 botellas de este producto, además de 80.000 barras de jabón en instalaciones, escuelas y entre la población vulnerable.
También se hizo previsión de suministros críticos, como 84 respiradores y de material de protección contra el coronavirus, como equipos de Protección Individual.
Las escuelas se cerraron y se preparó un plan para el aprendizaje a distancia por radio y televisión. Los niños recibieron material escolar, como libros de texto, con la colaboración de UNICEF. También se elaboro un plan para proporcionar dinero en efectivo y en especial a las familias vulnerables o afectadas por el COVID-19.
También se publicó una orden para mantener el confinamiento de la población durante 21 días, que después fue ampliado.
En cuanto a la prevención, se elaboraron anuncios para radio y televisión y millones de carteles y panfletos con medidas de prevención sobre higiene alimentaria y lavado de manos, que se repartieron en escuelas, comunidades, edificios oficiales y centros de salud.
A los profesionales de la salud se les proporcionó formación y material para poder hacer seguimiento y localización de casos de contactos con personas portadoras del virus, así como a identificar síntomas. Además se puso a disposición de la población tres números telefónicos gratuitos para recabar información sobre posibles contactos o síntomas, con más de 200 llamadas diarias.
Estrategia contra la desnutrición infantil
Para aprovechar el confinamiento, se elaboró una estrategia para abordar la desnutrición infantil, ya que en Eritrea se registran tasas elevadas de desnutrición infantil severa y aguda entre menores de cinco años. Para combatirla se ha establecido un programa de nutrición infantil con suministro de productos de alimentación terapéutica en las instalaciones comunitarias, con apoyo especial a los menores de cinco años y a las mujeres embarazadas y lactantes.
También se ha continuado el programa de vacunación de enfermedades comunes como el sarampión y el suministro de vitamina A junto con las vacunas.
Deja tu comentario